jueves, 15 de noviembre de 2012

CAUSAS EXTERNAS-MONOPOLIO ECONÓMICO DE ESPAÑA

Aunque el comercio había sido liberado por las reformas borbónicas, la corona española seguia controlando e imponiendo altos impuestos, por tanto, impedía el desarollo de una economía propía, situación bien comprendida por los criollos.

DESIGUALDAD SOCIAL
Los criollos a pesar de haberse preparado en las universidades y progresado economicamnte no podian ocupar puestos politicos importantes, los cuales eran exclusivos de los peninsulares.
Es por esta razón que fuerón los criollos los que dirigierón la Guerra de Independencia.
Los mestizon no eran tomados en cuenta debido a que la mayoría eran fruto de las relaciones ilegitimas.

 NACIONALISMO NOVOHISPANO
Desarrollado por los criollos y mestizos, ilustrados en base a la revaloración del pasado indígena y a la promoción dell guadalupanismo.  
  
ECONOMICAS
España había considerado siempre América como parte de ella misma: tenía un sistema de monopolios, estancos y barreras que tendían a impedir el libre comercio exterior.

CRISIS AGRÍCOLAS
En 1809,la ausencia de lluvias y las heladas afectarón la producción agrícola, la crisis tambien afecto lo que es la ganadería y a la minería.

INVASIÓN DE NAPOLEÓN BONAPARTE A ESPAÑA EN 1808

En 1808 España fue invadido por el ejército de Napoleón Bonaparte, emperador francés. Ante tales hechos, el pueblo español se rebeló en Aranjuez, entre el 17 y 19 de marzo de 1808, obligando a su Rey Carlos IV, abdicar la corona en favor de de su hijo Fernando,  quién asumió con el nombre Fernando VII.
Ante las contradicciones de los reyes españoles, Napoleón Bonaparte los reunió a la familia real en la ciudad francesa de Bayona, y obligó a Carlos IV y a su hijo Fernando VII a abdicar  el trono a favor de su hermano José Bonaparte. Napoleón proclamó como Rey de España en el trono español a su hermano con el nombre de José I.
El patriotismo español se demostró más en el pueblo, ante el entreguismo pasivo del monarca, la nobleza, intelectuales y ejército. A partir del 2 de mayo de 1808 en toda la península,  surgió una insurrección popular  y mediante las guerrillas populares,  impidieron la penetración del ejército francés en provincias como Zaragoza, Valencia, Gerona y otras, logrando debilitarlo.
Ante estos acontecimientos, Inglaterra (enemigo de Napoleón Bonaparte) decidió intervenir activamente en defensa de España, comandado por el General Wellington y aporte de subsidios y técnicos. El Emperador Bonaparte en persona tuvo que dirigir  para derrotar a los españoles en en la Batalla de Somosierra (1808) e ingresar a la capital Madrid. De esta forma España llegó a tener como Rey a  un francés.
Este hecho contribuyó a romper el equilibrio de poder de los gobernantes españoles en las colonias americanas, a causa de producirse un  período de vacío de poder, crisis de la monarquía española y debilidad política en la metrópoli España.

LAS REFORMAS BORBÓNICAS




Las Reformas borbónicas fueron los cambios introducidos por los monarcas de la dinastía borbónica de la Corona Española: [[Felipe V de España|Felipe V]], Fernando VI y, especialmente Carlos III; durante el siglo XVIII, en materias económicas, políticas y administrativas, aplicadas en el territorio peninsular y en sus posesiones ultramarinas en América y las Filipinas. Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y, sobre todo, se enmarcaban dentro del nuevo poder de las elites locales y aumentaban el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las elites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las pruevo poder de las elites locales y aumentaban el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las elites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.

REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1789

La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

La independencia de Estados Unido


Monarca británico Jorge III Monarca británico Jorge III
La guerra entre España, Francia y Gran Bretaña por el dominio de América del Norte se resolvió el 10 de febrero de 1763 con la firma del Tratado de París. Los británicos obtuvieron todo el territorio francés al norte de los grandes lagos –que actualmente corresponde a Canadá–, más Luisiana al este del Mississippi, mientras España se adueñó del territorio ubicado al oeste de este río. Además, la corona española cedió a los británicos Florida, a cambio de Cuba y Filipinas. Con esto, Francia quedó sin territorios en América del Norte, salvo por las islas de Saint Pierre y Miquelon frente a la costa meridional de Terranova. También conservó sus posesiones en las Antillas.
Por lo tanto, en 1763, América del Norte estaba dividida entre Gran Bretaña y España. Las posesiones de ambas naciones estaban separadas por el río Mississippi. Solo la zona noroccidental seguía siendo una tierra de nadie.
En 1763, en la Norteamérica británica había 1.250.000 blancos y más de 250 mil esclavos, equivalentes al veinte por ciento de la población de Gran Bretaña, aunque el nuevo territorio era mucho más extenso y rico.

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN INGLATERRA

Revolución Industrial

En el período comprendido entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, nace en Inglaterra lo que se conoce como capitalismo industrial. Si quisiéramos puntualizar este hecho, podríamos citar otras fechas que concretan esta cuestión. Por ejemplo, Paul Monteaux y I.S. Ashton son historiadores que admiten que el mismo hecho tiene lugar cuando se pasa de una economía artesanal a la economía industrial, en el período comprendido entre el reinado de Jorge III en 1760 y el comienzo del reinado de Guillermo IV en 1830.

Sin lugar a dudas, que el desarrollo y el apogeo de la economía inglesa a partir de este hecho iniciado, lo vivenciaría la Era Victoriana (1837-1901). Convirtiéndose este en el prototipo del sistema capitalista, identificado con distintas bases teóricas como las de Adam Smith (fundador del liberalismo económico), David Ricardo (continuador del pensamiento económico clásico) y Tomás Malthus (economista y demógrafo).
Cabe aclarar, que esta revolución tuvo lugar en el proceso de acumulación de capital y en los métodos de producción, pero con el costo de más de medio siglo de duración. En otras palabras, la revolución Industrial se trató de un proceso lento que provocó cambios sustantivos en materia económica, social y cultural.

CLERO SECULAR



El clero secular estaba integrado por el alto y el bajo claros. El primero lo formaban los altos jerarcas de la iglesia: obispos y sacerdotes, al segundo lo integraban los curas de los templos, ellos se mantenían de los diezmos, limosnas y de los derechos que cobraban por bautizos, casamientos y funerales.
Al igual que el clero regular, el secular enfrento graves problemas para la formación de clérigos. Hasta finales del siglo XVII (17) careció de un seminario donde capacitarse con formalidad. La mayor critica la recibieron los franciscanos, incluso en una queja presentada ante el rey en 1574, expresaron que los ‘’obispos ordenaban con exceso y facilidad a muchos clérigos idiotas´´.
Por tal motivo , en 1579 se estableció una cátedra de teología en la capilla de santa Ana de Guadalajara, misma que desapareció en 1618, aunque en 1623 se abrió nuevamente en la soledad, donde se impartió hasta 1677, cuado los jesuitas abrieron la suya.